Los caracoles y sus posibilidades

El caracol común es originario de Europa, aunque habita en muchas otras zonas, y se consideran una de las primeras fuentes de proteína de origen animal. En la Edad Media, los caracoles eran consumidos frecuentemente, ya que su carne no rompía la abstinencia cuaresmal. Se comían fritos con aceite y cebolla, en brocheta o hervidos. Leonardo Da Vinci da unas instrucciones muy curiosas en sus notas de cocina sobre cómo servirlos y cómo hacer una sopa de caracoles.

En España, el consumo de caracoles está muy arraigado y siempre ha formado parte de nuestras mesas, sobre todo en épocas de hambruna. Hoy en día, se asocia a ciertas festividades, y son múltiples las recetas consideradas como un manjar a lo largo de la geografía española. Por ejemplo, caracoles a la palentina, un plato que se elabora con productos
derivados del cerdo, como jamón, lomo o chorizo, y un sofrito con cebolla, tomate y guindilla. Además de los caracoles, también se pueden consumir sus huevos, con los que se prepara una especie de caviar blanco.

Lo utilizamos por su textura y por su sabor a campo. Se deben lavar muy bien y repetidas veces con agua y sal, para eliminar la mayor cantidad de suciedad. Los cocinamos en agua fría, que vamos calentando a fuego suave. Conseguimos que el caracol saque todo el cuerpo de la cáscara. Una vez se alcanza el hervor, se deja cocer durante 5 minutos.
Al margen de la cocina mediterránea, el consumo de caracol se considera un uso culinario extraño, especialmente en Estados Unidos, donde se equipara a consumir una babosa, puesto que el caracol es precisamente eso, sólo que posee una concha propia. Se calcula, no obstante, que el consumo de caracoles comestibles en el mundo supera las 300.000 toneladas y los mayores consumidores son Francia, Italia y España. El principal exportador de caracoles del mundo es Marruecos, aunque China y Japón se
perfilan como grandes abastecedores.

Estos pequeños animales tiene importantes beneficios nutricionales y es una carne muy pobre en grasa comparada con la de otros animales, además de sus enormes beneficios cosméticos.

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